¡Seguimos divirtiéndonos y descubriendo nuestro entorno!
La primavera ya está aquí y mientras vemos cómo crecen nuestras plantas, aprendemos cosas sorprendentes sobre el papel de los insectos en la polinización y la fertilidad de la tierra.
El 26 de abril realizamos el tercer taller del huerto en el cole. Coincidiendo con una actividad de la Escuela de Familias para madres y padres, los y las peques disfrutaron de una propuesta de acercamiento a abejas y lombrices, ingenieras del hábitat.
Con la colaboración inestimable de una mamá apicultora, descubrimos el mundo de las abejas de primera mano. María nos trajo todos los materiales que se utilizan en la elaboración de la miel, y nos explicó cómo trabajan las abejas y cuál es la organización de una colmena.
Aprendimos que sólo hay tres tipos de abeja en una colmena, la reina, las obreras y los zánganos, y que sólo la reina pone huevos. Las abejas obreras se encargan de buscar la comida y cuidar la colmena mientras que los zánganos se ocupan de la fecundación de la reina.
Descubrimos cómo, al ir las abejas a libar el néctar de las flores para llevarlo a la colmena y convertirlo en miel, el polen de las flores se les queda pegado en sus patas y su cuerpo, y cómo sin darse cuenta lo diseminan favoreciendo la polinización.
El momento de poder ver un panal de cerca, tocarlo y olerlo fue muy especial y disfrutamos mucho probando la miel.
Pudimos comprobar la diferencia de peso entre un panal vacío y uno lleno de miel, ¡que puede llegar a pesar 4kg!
María nos explicó cómo los diferentes tipos de miel (mil flores, de abeto, de romero…) dependen del entorno donde se encuentren las colmenas y del tipo de néctar o resina de árboles que las abejas utilicen para su fabricación.
En la segunda parte del taller contamos con la participación de una colaboradora del huerto para hablarnos de lombrices.
Nos explicó lo importantes que son para fertilizar la tierra y cómo se utilizan en horticultura para conseguir que fabriquen humus a partir de materia orgánica mediante su proceso de digestión.
Pudimos verlas en acción, ya que nos trajo unas cuantas en su ambiente (restos de frutas, verduras, etc) y aunque olían fatal, nos divertimos intentando tocarlas.
En conclusión, este tercer taller, menos experimental que los dos anteriores pero muy instructivo y divertido, ha sido una experiencia maravillosa de acercamiento y conocimiento de nuestro entorno natural.